SINOPSIS:

“Negándome a dejar que esas aprensiones vagas me dominaran, recordé las instrucciones de Noyes y empujé la puerta blanca, con seis paneles de vidrio y picaporte de bronce, que había a mi izquierda. La habitación estaba ocurecida, como me había dicho y, cuando entré, noté que allí el olor más intenso. De igual modo, percibí un débil o casi imaginario ritmo o vibración en el aire. Por un momento, las cortinas cerradas no me permitieron ver demasiado, pero después, un apenado carraspeo o susurro dirigió mi atención hacia una gran poltrona situada en el rincón más alejado y oscuro de la habitación. En medio de estas profundas sombras vi el borrón blanco del rostro y las manos de un hombre y, de inmediato, me acerqué para saludar a la figura que había intentado hablar. A pesar de que la luz era muy tenue, percibí que ese era, sin duda, mi anfitrión. Había examinado muchas veces la fotografía y era imposible no reconocer ese rostro firme y curtido con la barba recortada y canosa.

 

Pero mientras lo observaba y lo reconocía, sentí una mezcla de tristeza y angustia; porque, sin duda, ese rostro era el de un hombre muy enfermo. Intuí que debía haber algo más que asma detrás de esa expresión tensa, rígida e inmóvil,  y de esa mirada fija y vidriosa, y me di cuenta de cuánto debió haberlo afectado la terrible presión de esas aterradoras experiencias. ¿No era suficiente para destruir a cualquier ser humano, incluso a un hombre más joven que este intrépido explorador de lo prohibido?”

----------

Célebre y atrapante relato de H. P. Lovecraft, incluye 1 señalador de Páramo Sombrío.

 

EL QUE SUSURRA EN LA OSCURIDAD - H. P. Lovecraft

$12.000,00 $10.000,00
¡No te lo pierdas, es el último!
EL QUE SUSURRA EN LA OSCURIDAD - H. P. Lovecraft $10.000,00
Entregas para el CP:

Medios de envío

SINOPSIS:

“Negándome a dejar que esas aprensiones vagas me dominaran, recordé las instrucciones de Noyes y empujé la puerta blanca, con seis paneles de vidrio y picaporte de bronce, que había a mi izquierda. La habitación estaba ocurecida, como me había dicho y, cuando entré, noté que allí el olor más intenso. De igual modo, percibí un débil o casi imaginario ritmo o vibración en el aire. Por un momento, las cortinas cerradas no me permitieron ver demasiado, pero después, un apenado carraspeo o susurro dirigió mi atención hacia una gran poltrona situada en el rincón más alejado y oscuro de la habitación. En medio de estas profundas sombras vi el borrón blanco del rostro y las manos de un hombre y, de inmediato, me acerqué para saludar a la figura que había intentado hablar. A pesar de que la luz era muy tenue, percibí que ese era, sin duda, mi anfitrión. Había examinado muchas veces la fotografía y era imposible no reconocer ese rostro firme y curtido con la barba recortada y canosa.

 

Pero mientras lo observaba y lo reconocía, sentí una mezcla de tristeza y angustia; porque, sin duda, ese rostro era el de un hombre muy enfermo. Intuí que debía haber algo más que asma detrás de esa expresión tensa, rígida e inmóvil,  y de esa mirada fija y vidriosa, y me di cuenta de cuánto debió haberlo afectado la terrible presión de esas aterradoras experiencias. ¿No era suficiente para destruir a cualquier ser humano, incluso a un hombre más joven que este intrépido explorador de lo prohibido?”

----------

Célebre y atrapante relato de H. P. Lovecraft, incluye 1 señalador de Páramo Sombrío.